El cuerpo como radar de hechos latentes
Hola, soy cómo tú, una persona que paga sus impuestos y vive su vida. Nunca me consideré especial, ni creía acaso en cosas extraordinarias. Pues eso, alguien normal.
Pero aquí estoy, a la 1:37 de la noche, creando un blog para contarte cosas que ni yo misma me creo ¿Me estaré volviendo loca? Todo empezó esta noche cuando mis ojos se empezaron a enrojecer justo antes de salir de fiesta. Iba a acompañar a mi madre a ver el musical que llevaba deseando hace semanas. Disculpándome" Se me habrá metido algo en el ojo", pañuelo en mano, la seguí atropelladamente afuera.
Llegamos y comienza el espéctaculo, el de la función no, el nuestro, pues por una serie de malentendidos con las entradas nos vemos al final del patio de butacas, sin consumición ni posibilidad de ver la escena. Y mis ojos se van irritando más y más, hasta que mi cara se transforma en un tomate moqueante que a duras penas aguanta al final de la sesión.
Con esta serie de desventuras, nos decidimos a poner una reclamación y, mientras relleno los formularios, mi cara se va descongestionando; el grifo vuelve a ser nariz, y los ojos recuperan su color original. Me doy cuenta que no es la primera vez que un hecho externo me "provoca alergia".
Me viene a la memoría historias de personas que el mero olor de alguna de sus pretendientes les provoca urticaria. Hinchazones, granos e inflamaciones que duran solo la estancia de hostal para huéspedes incómodos y mil casos más graves que todavia no me atrevo a confesar. Es más ¿si hubiera tomado en serio mis síntomas, habría podido evitarme el disgusto musicalero?
¿tiene sentido esto que digo? ¿ Acaso es factible o una mera coincidencia? ¿ Conocéis algún caso similar?¿Creeis que la sensibilidad del cuerpo puede ir más allá de la mente? Os escucho

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